Todos nos imaginamos como los dueños de nuestro destino, capaces de determinar nuestro propio rumbo. ¿ Pero tenemos verdaderamente alguna opción cuando nos levantamos? ¿ O cuando caemos? ¿ O hay una fuerza mayor que nos dirige a otra dirección? 
¿ Sera que la evolución nos esta llevando de la mano? ¿ La ciencia nos muestra el camino? ¿ O es dios que interviene, manteniendonos a salvo?
Por todas esas cosas, el triste destino del hombre es que no puede elegir su triunfo. Solo puede elegir como estará cuando llegue la llamada del destino. Esperando que pueda tener el coraje de responder.